La historia de la bicicleta de bomberos

La historia de la bicicleta bombero es algo vaga, se sabe que su uso se limitó a la época de finales de 1800 principios de 1900 en en países de centro y sur de Europa: España, Italia, Alemania, , Irlanda, Francia y Gran bretaña, pero tenemos algunos ejemplos también en Australia o Japón.

Bicicleta italiana de 1910

El principal problema era ¿dónde colocar la manguera?. Muy fácil, entre las tres barras que forman el cuadro de la bicicleta. Que pena! No cabe!. No importa, deformamos un poquito las tres barras, colocamos unos travesaños en cuz y ya está, resuelto el problema. Solución sencilla que se completa con unos cuantos accesorios: boca de la manguera, palanca, candil, casco y sirena funcionaba al meter la marcha como una dinamo.

Por ejemplo, en Francia, el primer cuerpo de bomberos equipado con bicicletas fue el de Marsella  en 1890, y en 1894 el jefe de los Sapeur Pompiers de París pidió al gobierno que también le proporcionaran bicicletas.

El cuerpo de Bomberos de Barcelona encargó 10 unidades a diferentes fabricantes de bicicletas. La bicicleta del cuerpo de bomberos de Barcelona de 1918 aproximadamente era de color rojo como no podría ser de otra forma, de la marca Orbea, con los puños de madera, campana de bronce, luz de carburo. 

Bicicleta alemana

En Inglaterra, la bicicleta de bomberos de 1905 de la marca Birmingham Small Arms Company Limited (BSA) fue diseñada para usarse en una industria petroquímica. Los bomberos utilizaron principalmente las bicicletas para dar servicio a varios tipos de industrias, específicamente las de este tipo. De hecho, eran el único medio disponible para realizar primeros auxilios en casos desesperado. 

Los bomberos de la AFS ( Servicio de Bomberos Auxiliar de Inglaterra) las usaron durante la segunda Guerra Mundial, pero no se usaron pasada la década de 1940.

Además a principios del siglo XX, muchos departamentos de bomberos europeos proporcionaron bicicletas como medio de transporte para sus oficiales.

Las bicicletas estaban frecuentemente provistas de todo lo necesario: una manguera de agua enrollada en un compartimento específicamente diseñado en el cuadro, una palanca y un hacha que con el casco se fijaban al portaequipajes trasero, pero también una sirena, la lanza del manguera, una luz delantera y en pocos casos uno o dos extintores.

Bicicleta de los bomberos Zaragoza

Por lo general, tenían un marco de acero, mientras que los accesorios como las perillas y los pedales estaban hechos de madera. Normalmente tenían frenos solo en la parte delantera.

Se crearon muchos modelos de este tipo de bicicleta a lo largo de los años, pero quizás uno de los más impresionantes es un modelo australiano propiedad de la Brigada de Bomberos Voluntarios de New Farm que tenía dos cuadros de bicicleta soldados entre sí para crear un gran cuadriciclo. Con esto, permitió al bombero mantener la situación bajo control hasta la llegada de los vehículos pesados. Este modelo en particular se utilizó para transportar el equipo más pesado que necesitaban los bomberos como los tanques de oxígeno.

En la exposición en París de 1896 se presentó una bicicleta tándem cuádruple con bomba. El vehículo se compone de dos bicicletas tándem conectados por marcos delante y detrás, la dirección con la ayuda de los manubrios se combina mediante un ajuste en la parte delantera. El espacio libre entre los marcos en el frente está ocupado por una bobina con una manga, en el centro, por una bomba rotativa, en la parte posterior, por conexiones que permiten que la bomba se conecte a una fuente de agua.

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Todo el dispositivo pesa 61-64 kg. Cuando los cuatro bomberos saltan de sus asientos, y mientras los dos conectan la bomba a la fuente de agua, el tercero desenrolla la manga, y el cuarto, bajando el calibre especial, levanta las ruedas traseras bicicleta y conecta la bomba rotativa a la cadena de transmisión. Esto les llevaba unos dos o tres minutos.
Después de esto, los cuatro bomberos nuevamente se suben a las sillas y colocan los pedales en su lugar a baja velocidad, lo que permite que la bomba suministre agua con un volumen de 4,500 galones por hora (20 m3 / ho 5,6 l / s) a una distancia de 30 metros en la dirección horizontal o 22.5 metros verticalmente. Estos valores se obtuvieron durante las pruebas públicas de la máquina, que se llevaron a cabo en el Palacio de la Industria el 23 de diciembre de 1895.

Las bicicletas fueron entregadas a los Departamentos de Bomberos hasta mediados de la década de 1930, cuando comenzaron a ser reemplazadas por vehículos más espaciosos y eficientes, aunque algunos Departamentos europeos todavía las dan para algunos usos específicos, como patrullar el interior de los campus o áreas privada.
La bicicleta fue sin duda una parte importante del desarrollo de la tecnología del Cuerpo de Bomberos, ya que sirvió como enlace entre las bombas manuales lentas y obsoletas y los aparatos contra incendios que conocemos y apreciamos hoy.

Aún en principios del siglo XXI pueden encontrarse en China en mitad de la calle para que cualquier persona al ver un incendio la coja y haga la función de bombero voluntario.
Las bicicletas ahora, se han convertido en una rareza, pero antiguamente se utilizaron para el desplazamiento de los bomberos para preceder la llegada de las bombas de vapor de tracción a caballos en zonas que contaban con una red de agua adecuada.
Durante unos años las bicicletas de bombero fueron tan populares que también se hicieron modelos tanto para niños como para coleccionistas. Pero los bomberos eran solo una de las profesiones que en ese momento usaban este querido vehículo para locales.
No se sabe las razones de porque no siguió en funcionamiento pero sin duda nos demuestra que la bicicleta tiene un gran alcance en nuestra sociedad.
En la actualidad, las bicicletas son usadas por algunos servicios para patrullar vecindarios, o zonas donde hay un riesgo de incendios premeditados.

Referencias


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