El incendio
Los vecinos de los edificios colindantes con el Windsor habían percibido cierto olor a quemado hasta tres horas antes de que fueran visibles las llamas. Sin embargo, no fue hasta pasadas las once de la noche cuando un vigilante de seguridad de la empresa Prosegur detectó el incendio.
Las llamas se llevaron por delante en cuestión de una hora las cuatro plantas superiores a la 21ª. Las primeras dotaciones de bomberos tardaron tan solo cuatro minutos en llegar a la torre ya que el parque de Santa Engracia se encuentra muy cerca. Sin embargo, las dimensiones del fuego eran descomunales y esos primeros efectivos se toparon con la realidad. El color de las llamas, a veces de un azul intenso, permitieron a los responsables de la extinción calcular que se alcanzaron en algunas partes del inmueble hasta los 1.000 grados. Esto hacía imposible apagar las llamas, por lo que los bomberos se afanaron en controlar que el fuego no afectara a los inmuebles colindantes, en especial a El Corte Inglés del paseo de la Castellana. Un riesgo añadido era la enorme grúa articulada que se había instalado en la azotea para acometer la reforma, pero se mantuvo en pie.
El edificio fue deformándose, y pasadas la una de la madrugada, una parte colapsó, reavivando las llamas. La única esperanza que tenían los bomberos es que la llamada planta técnica, situada en el piso 17º, detuviera el avance, ya que era un enorme bloque de hormigón que separaba en dos la estructura del Windsor, pero no funcionó.
Se cerraron las estaciones de metro y cercanías de Nuevos Ministerios y se restringió la circulación por todas las calles aledañas. Algunos inmuebles colindantes fueron evacuados ante el riesgo del humo y el fuego. Todas estas restricciones afectaron a unos 600.000 ciudadanos, entre los que se incluían los empleados de la zona de Azca, vecinos de los inmuebles colindantes y, sobre todo, usuarios del transporte público.
Las llamas fueron bajando planta a planta por todo el inmueble hasta que a las 19.20 del domingo 13 de febrero el responsable de bomberos dio por extinguido el incendio.
Medios humanos
En pocos minutos estuvieron «atrapados» siete bomberos en la planta 21, dos en la planta 22 y tres en los ascensores, a pesar de lo cual se reorganizaron y volvieron a intentar atacar el fuego.
Al poco rato, un estruendo alertó de que algo iba mal, colapsaron cinco plantas de la parte superior del edificio, fue entonces cuando sonó el canal 10, y que implica que todas las emisoras se anulan para recibir una única comunicación: era la orden de evacuar. Es una orden difícil, pero las llamas lo estaban arrasando todo y estaba en juego la vida de los 20 bomberos que estaban dentro. Todos los equipos abandonaron el coloso y continuaron trabajando durante horas para impedir la propagación
El edificio
El rascacielos fue construido entre 1974 y 1978 y contaba con 28 plantas (106 metros de altura). Las compañías aseguradoras lo habían valorado dos años antes en 84,2 millones de euros. Los propietarios, la familia Reizábal, habían pedido permiso de obras para adecuar el rascacielos a la normativa vigente. Entre las mejoras estaba paradójicamente el sistema antiincendios.
Investigaciones
Pese a las teorías conspiranoicas, de que en una grabación de un video aficionado se veían dos siluetas dentro del edificio o el butrón que había en el garaje, el informe de la policía científica, destacó que no existió intencionalidad en el fuego. Creen que todo fue fortuito porque no se usaron acelerantes. La rápida propagación de las llamas, la atribuyeron a la gran cantidad de combustible que había en todas las plantas (muebles y material de oficina) y a la falta de sistemas de extinción automática de extinción de incendios (sólo tenían detectores de humo y calor).
Por tanto, todo apuntaba a la directiva de Deloitte y su imprudencia a la hora de fumar en su despacho (el 2.109) y de no apagar convenientemente la colilla.
El titular del Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid acordó el sobreseimiento el 31 de enero de 2006, casi un año después del incendio. En su auto de archivo explicó que la investigación no había determinado que existiera un ánimo de quemar el edificio y que, por tanto, no había responsabilidad penal. Cerrado este procedimiento, quedaba la vía civil para dirimir quién y cómo tenía que hacer frente a los 200 millones de euros que se perdieron como consecuencia del incendio. Pasaron los años y las tres compañías implicadas (Deloitte, Prosegur y El Corte Inglés) llegaron a un acuerdo extrajudicial para dirimirlo.
El Corte Inglés compró en 2006 el solar que quedó después de demoler los restos de la torre. El desmontaje se hizo de arriba hacia abajo y tardó meses, dadas las dificultades para acceder al interior y evitar un derrumbe total o parcial. Años después, levantó la llamada Torre Titania, de 104 metros, con centro comercial en las primeras plantas y oficinas de la compañía en el resto.
Referencias
https://elpais.com/ccaa/2020/02/11/madrid/1581424711_895152.html
https://www.lavanguardia.com/local/madrid/20200212/473484726097/15-anos-incendio-windsor.html
https://www.elmundo.es/madrid/2020/02/12/5e42f78ffc6c83f2098b45d9.html
Fotos
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Windsor-tower-madrid.jpg
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:TorreWindsor1.JPG